Camino de Santiago de la costa (Camino del norte)

Irun > Santiago

818 km. aprox.

32 etapas

Probablemente una de las rutas más activas en los primeros años de peregrinación fue la que desde el paso natural discurría a lo largo de la costa cantábrica. Como testimonio de esta ruta hallamos numerosas ermitas, hospitales de peregrinos, monasterios topónimos. Pero la dureza de la ruta costera, unido al apoyo de los reyes cristianos a la peregrinación por los caminos del interiores, dejó poco a poco al Camino del Norte o Camino de la Costa como una ruta secundaria.

En el siglo IX la costa de Gipuzkoa, enlazada desde época romana con la Europa atlántica mediante rutas de cabotaje, empezaba a acoger el paso de peregrinos, que en su rumbo aprovechaban las vías comerciales existentes. Muchos llegaban por mar y comenzaban su camino a pie desde alguno de los puertos del litoral cantábrico. Otros procedían desde el continente, de Aquitania o de lugares mucho más lejanos, y tras recalar en Baiona se asomaban al río Bidasoa en Hendaia. Era una ruta difícil, por un entorno abrupto y poco habitado, pero la presencia de los ejércitos musulmanes al sur la convertían en el único itinerario terrestre posible al ansiado destino.

Un paisaje muy diferente al de hoy envolvía la antigua ruta: frondosos bosques cubrían un espacio montuoso, y grandes marismas ocupaban los valles y las desembocaduras de los ríos, cuyo paso se hacía a pie por los vados situados en el interior o bien en barca, y de cuyo pago estaban exentos los peregrinos.

En la orilla oriental del río Bidasoa se situaba desde muy antiguo el Priorato de Zubernoa, convento que contaba con un hospital de peregrinos, lugar donde reponer fuerzas antes de proseguir la ruta jacobea por tierras guipuzcoanas. El paso se hacía inicialmente en barca, hasta que a partir del siglo XIII un puente de madera permitió la travesía con mayor facilidad hasta Irun. Hondarribia era otro de los puertos de llegada de los peregrinos que venían por mar desde tierras lejanas. El concurrir de personas a lo largo del camino impulsó la construcción de numerosas ermitas, iglesias, hospitales, y el desarrollo de las incipientes poblaciones litorales de Gipuzkoa, conjunto de villas fundadas a partir de 1180 durante un intervalo de 200 años. Unidas al culto a Santiago y jalonando el camino santo numerosas ermitas fueron erigidas en honor a santos hospitalarios como San Martín de Tours, San Roque, San Sebastián, San Pelayo, Santa María Magdalena y San Antón. Los frecuentes hospitales de peregrinos se ubicaban a lo largo de la ruta, llegando a estar presentes en prácticamente todas las poblaciones. Cruceros y toponímicos completan el legado del camino y demuestran su antiquísima tradición.

Etapas del Camino del Norte por Gipuzkoa

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